Literautas.com y La Capitana (Microrrelato de Iswid_books)

Cosecha propia

Gracias a mi club de escritura, recientemente he descubierto un blog llamado literautas.com. Sin afán de promocionar la página y sin ningún vínculo con la pareja que lo lleva, puedo confirmar que sus posts son una fuente de ayuda infinita para aprender sobre el arte de la escritura creativa.

Desde la planificación de los personajes, la estructuración de las tramas hasta la creación de una novela, aporta luz sobre el entresijo de tareas que supone esta labor.

Además, mensualmente proponen un taller de escritura, en el cual proponen una frase inicial, una idea, un detonante u otra propuesta como desencadenante para dar rienda a nuestra imaginación. 

El mes pasado, abril de 2025, me atreví por primera vez a participar.

Como los domingos son mis días de proponer mis propios relatos, aunque sé que no soy muy constante en publicarlos, os dejo aquí el relato con el que participé. Esta versión tiene correcciones sobre el original, gracias a los comentarios y sugerencias de otras personas participantes.

¿Qué os parece? Espero vuestros comentarios.

Si queréis leer otros escritos propios, podréis hacerlo aquí.

La Capitana

El Titanic se hundía. Rosa se aferró con ímpetu al cabecero de la cama sin saber que en un futuro muy, muy lejano, una actriz llamada Kate Winslet la representaría en la gran pantalla: un arte que, lamentablemente, intuía que ya no llegaría a saborear.  

Recordó su infancia, si podía llamarse así, arrastrada por su madre a visitar brujas y hechiceras que le augurasen un buen porvenir, o mejor dicho, un marido digno que elevase su estatus familiar. Astutas, las hechiceras soltaban tantas profecías como la matriarca, billetes. Así pues, nunca tuvo que trabajar demasiado, ya que conocía de antemano que el futuro le depararía un final feliz. En aquel instante, sobre una cama inundada, sabía que moriría habiéndose cumplido finalmente aquellas promesas que nunca había creído del todo.

Encadenó estos tristes recuerdos, con otro aún peor: en el que otro fajo de billetes, joyas y demás lujos habían sido lanzados por sus progenitores a los pies del ricachón de turno, con el fin de casarla. No lo llamaban soborno, obviamente; sustituían esa jerga atroz por una palabra más sutil, más tradicional y, sin duda, más galante: «dote». 

Hasta aquel momento, había tolerado su vida albergando la esperanza de un porvenir de libertad, pero ese sueño se esfumaba. 

A regañadientes, Rosa había subido a bordo del inmenso navío, pero contrariamente a lo esperado, había conocido lo que significaba realmente sentirse viva. Quizás una equivocación, o puede que el propio destino, había guiado sus pies hasta un corrillo de jóvenes de tercera clase que le había abierto los ojos y regalado unas alas de las que ya jamás se desembarazaría.

Allí, sujeta al cabecero de la cama, estaba conociendo lo que era hundirse con el barco, como capitana de su propia vida, mientras el agua cubría sus cuerpos y congelaba su rubor. 

Autoría: Iswid_books (derechos de autoría reservados)